Hace casi dos años que vivo en Finlandia y parece que el tiempo pasa demasiado rápido, igual llevar un diario me ayuda a ver que no ha sido sólo un suspiro. Emigrar no es facil pero tiene sus cosas buenas, como la sonrisa que se les pone a la gente en la cara cuando dices "soy de Barcelona", o la cara de interrrogante cuando me preguntan "y qué haces en Helsinki?"... la verdad, aún no tengo una respuesta.
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